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Sentido de Pertenencia. Encontrando un Hogar

Hace varios días estaba frente a la playa, eran aproximadamente las 3:00 p.m., con ese sol rico que calienta la espalda, pero sin quemar; en el horizonte se encontraba ese color tornasol que tienen los mares de San José del Cabo y obviamente no podía faltar, una buena ch… (cervecita).

La cual compartí con una persona proveniente de otro país que decidió pasar un tiempo de vacaciones antes de continuar trotando por el mundo; sin embargo, frente a las olas (inserta un momento romántico telenovelesco) me comentó que no tenía un gran interés en regresar a su país de origen aunque podría tener un trabajo estable o tal vez una calidad de vida mejor allá; sería interesante que después de leer este texto puedan sacar el vinito y reflexionar esto con sus seres queridos.

Disculpame, siempre “agarro monte”, regresando al tema central… La persona con quien platicaba dijo, que aunque pudiera tener “riquezas” en su lugar de origen, no cambiaría cada uno de los momentos en que los diferentes paisajes de playa o desierto que robaban su atención; o esas veces en que la mitología estelar daba presentaciones nocturnas cada noche (ya me enamoré).

Hogar es...

Aquí me gustaría hablar un poco de mi, y comentarte que anduve viajando un poco antes de llegar a San José; nací en Ensenada (Baja California Norte) y viví en la colorida Ciudad de México por unas cuantas vueltas al sol. En fin; llegué a San José del Cabo con un sin fin de sueños e ilusiones (suena a letra de cumbia) y puedo decir que aunque realicé muchas conexiones emocionales en la Ciudad de México; la verdad que la idea de tratar de descubrir cada uno de los colores que tiene el Mar de Cortés, simplemente se apodera de mi mente; personalmente desde que me bajé del avión y sentí el aire fresco y un alrededor verdoso, una parte de mi corazón empezó a brillar.

Mientras me dediqué a descubrir sus calles, probar su comida (en especial sus tamales en la Plaza Mijares), las cervezas artesanales y dejarme maravillar por las luces con las que los negocios decoran los techos o pasillos alrededor de cada rincón… Puedo decir que aunque “haya de todo” en la gran ciudad; no cambiaría a mi hermoso San José del Cabo por otro lugar en este momento de mi vida. Además de que el ejercicio artístico fluye con muchas oportunidades para aquellos que quieren desarrollar sus talentos. He conocido a varias personas que vienen de otros estados de la República a quedarse en San José, ya sea porque lo ven como una máquina de sueños.

Esto es vida

En fin, regresando al tema… Alguna vez has sentido esa sensación en la que parece que ves al infinito, o al mar y te quedas descubriendo todos los colores posibles en el horizonte y llega un momento en el que dices: ¡Ahh! y ¿si tal vez las cosas fueran diferentes? ¿Cómo sería vivir en otro lugar? ¿Mi crush me diría que me quede? tal vez no, pero ojalá.

Las estadísticas (inserte acento de National Geographic doblado al Español), dicen que viven aproximadamente 20 mil personas extranjeras en San José del Cabo, que así como la persona del inicio (sí, te voy a dejar con la duda de quién era); llegaron como turistas. Una parte de mi pensó: ¿será acaso que el mar los hizo enamorarse tanto que ya no quisieron regresar? ¿Su crush les hizo caso? ¿A ti qué te enamoraría más en un lugar diferente al tuyo? Considero que influye mucho el lugar que nos permite crear un lazo emocional, más que económico o de bienes, que obviamente es muy importante, si no pues a ¿dónde va a dormir uno?; pero aquí me gustaría parafrasear a uno de mis arquitectos favoritos, Alberto Saldarriaga, que para construir un lugar donde vivir también se necesita generar experiencias sentimentales, especialmente positivas. No es por presumir, pero esa es la misión de Club Solaris, darte un hogar fuera de casa. (Ahora todos en coro digan: ¡Awww!).

Hace mucho me dediqué a hacer una serie de entrevistas a personas extranjeras que viven en diferentes partes de la República Mexicana (amo entrevistar gente). Solía preguntarles ¿qué es lo que más les gustaba de vivir en México?; una de las respuestas que más me gustó fue la de un hombre proveniente de Estados Unidos que dijo: “Me encanta el desm***e (ambos reímos con esa respuesta), posteriormente me dijo: “Hablando en cuestión social, por ejemplo, ve cómo se desarrolla el tránsito… Si yo pudiera trasladar esto a mi país, estoy seguro que habría un caos; sin embargo, aquí todo funciona. Me encanta eso aquí”; asimismo, menciona que la calidez de la gente, culmina con ese acto de magia para enamorarse de un lugar. Algo así como cuando lees un libro o ves la película que te han recomendado cientos de veces y te das cuenta que es mejor de lo que imaginabas...

Todo esto, damas y caballeros; se relaciona con el Sentido de Pertenencia, el cual es una parte importante de la identidad de cada individuo, más que nada por el hecho de que denota de dónde venimos y qué es lo que realmente necesitamos en la vida; definir en qué lugares podemos ser nosotros mismos y simplemente de tomar el valor y saltar para ir a buscarlos.

Posiblemente siempre queda esa interrogante o reflexión en nuestras cabezas, relacionada a si un lugar es mejor que otro o no; sin embargo, retomando un poco el dicho de “siempre hay un roto para un descosido”; hay lugares que tienen ciertas características más “propias” para algunas personas; otros para otra. Recordando las palabras de alguien especial que me dijo que vivió en un país muy lindo durante un año; sin embargo, no se sentía en total plenitud para vivir ahí. Por el contrario, una persona que conoce, se sintió de maravilla viviendo en ese lugar por menos de un año… Como resultado se fue a vivir allá (es un lugar donde hay muchos canguros).

En Baja California Sur pasa algo similar con Los Cabos; hay personas que prefieren el ambiente de San Lucas y otras que así como yo, nos enamoramos de San José. Nada en este mundo es perfecto, cada lugar tiene sus pros y contras, pero si considero que vale la pena explorar una ciudad que nos hace enamorarnos de la vida y descubrir partes de nosotros que posiblemente desconozcas. Ahora bien; también es importante darse el tiempo para realmente descubrir una ciudad y cada uno de sus encantos; para ello tengo unos cuantos consejos que te pueden servir, quién quita y encuentras un segundo hogar a donde vayas.

1. Reflexiona sobre qué tipo de lugares te gustan.

2. Revisa listas sobre los lugares que te llamen la atención e investiga si se apegan a lo que tu alma viajera necesita.

3. Haz tu reservación por varios días.

4. Toma tu tiempo para caminar por cada lugar y haz algunos amigos locales.

5. Si te atreves, viaja solo y déjate sorprender.