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Hola, muy buenos días, tardes o noches para ti que me lees. Siempre es un gusto que nos conozcamos a través de los ojos.
Quiero empezar este blog con una pequeña historia que me sucedió hace unos días… Adopté un gato que encontré en la calle; el cuál, puedo decir que fue “una adopción en equipo” con una persona que iba conmigo mientras recorríamos la calle. Tomamos la desición apresurada de adoptarlo, pero esta persona me hizo una pregunta que nadie me había hecho antes (bueno, sólo la protocolaria en las entrevistas de empleo): “¿Cómo te ves en 10 años?, tener un gato son mínimo 10 años de tu vida y no lo puedes dejar abandonado”. A lo que respondí: “No mi intención no es dejarlo abandonado, sí quiero adoptarlo y no tengo corazón para dejarlo en la calle”. La otra pregunta de “los 10 años” no la pude responder y sólo me quedé con la boca abierta mientras reflexionaba en mi cabeza e instantáneamente la vida me remontó a mi juventud donde solía hacer planes para todo… ¡Oh gran error¡, bueno sólo un poquito (imagina que alguien te guiña el ojo coquetamente después de esta frase).
Antes de emprender un viaje yo solía planear casi todos los pasos para mis metas… Algo así como “Cuando llegué a X ciudad, voy a entrar a la Maestría; empezaré trabajar para pagar mis cuentas; tendré una relación estable…” y fue ahí cuando me di cuenta que por más planes A, B, C; uno pueda tener, la vida, el destino o lo que gustes creer, hará contigo lo que quiera… Y dicho y hecho; no entré en el primer año a la Maestría, conseguí un trabajo bastantes meses después y la relación estable… Duró unos cuantos meses… Así es la vida.
Mi punto es y espero no desanimarte si eres una persona como yo que ha hecho muchos planes a pesar de que la vida ya le ha dado muchas vueltas; no te desanimes. A lo que voy es que nada es totalmente seguro; por ejemplo: ¿Quién se iba a imaginar que iba a caer una pandemia en plenos inicios del 2020 cuando todo parecía color de rosa? (Aún sigo sin creerlo). Pero eso no significa que tus metas o sueños no se cumplan; a veces sólo la vida nos hace dar unas vueltas más para aprender cosas muy interesantes, antes de llegar a nuestro destino; puedo decirte que ese año que inclusive yo creí perdido, al final me trajo muchas cosas buenas.
Hablemos ahora de ti, actualmente en el mundo son tiempos complicados y creeme que al igual que tú, también estoy en mi casa… Posiblemente compartamos el mismo pensamiento de que hubiera estado sido genial aprovechar más el tiempo con nuestros amigos, abrazándolos y compartiendo momentos en un mismo espacio sin un límite de distancia; no obstante, a pesar de que la tecnología nos hace mantenernos cerca; obviamente la sensación de libertad no es la misma.
Tal vez en este momento la pregunta de ¿Dónde estarás en un año después?, realmente pudiese ser incierta, pero nos da la oportunidad de soñar, por lo cuál te invito a hacerlo. ¿Qué es lo que quisieras hacer? ¿A dónde quisieras ir?, no son preguntas para abrumarte; si no para reflexionar que en cuanto todo esto acabe, es una buena oportunidad para hacer todas esas cosas que aplazaste, ir a todos los lugares quisieras conocer y que por algún motivo has preferido no hacerlo, creyendo que habrá un momento después. Considero que algo de esta situación nos ha enseñado que todo puede cambiar en un “abrir y cerrar de ojos”. Me parece que eso nos motiva bastante a recordar con los lugares que nos hicieron felices y nos permite soñar con la idea de volver a caminarlos en un futuro, para esto, te invito a pensar en 3 escenarios.
El primero se llamará “Soñando”: Empieza a visualizar y soñar con todos esos lugares que te hicieron feliz o aquellos que no has conocido y quisieras ir; empieza a imaginarte caminando por las callesitas del lugar que quieres, yendo a comer aquella comida que todos te han recomendado, sintiéndo el viento y reconociendo los aromas del lugar que deseas (¡UFF! ya me emocioné).
El segundo escenario se llama: “Tomando acción”. A veces sólo es tomar una pausa para planearlos mejor y de eso se trata este escenario, te recomiendo buscar todas los opciones (OFERTAS) que puedas encontrar para fechas futuras en cuanto a vuelos o lugares de hospedaje, tomate todo con calma; si no reservas por el momento, puedes ir buscando opciones para posteriormente seleccionar la mejor para ti. En este también estaría padre igual hacer un viaje un tanto improvisado, así de esos en los que compras un vuelo a cualquier parte y viajas con expectativas muy bajas. En cuanto a las metas personales, esto puede ser buscar opciones o hacer pequeñas actividades que se relacionan a tus metas, con el fin de crear disciplina y que la meta llegue poco a poco.
Finalmente el escenario número tres se llama: “Meta Alcanzada”. Unos meses o tal vez un año después podrás cosechar los frutos de tu trabajo y todo eso que imaginaste podrá ser una realidad, inclusive hasta mejor. Así que ahora sólo queda disfrutar, sonreír y compartir todo esos sueños que tal vez en su momento no se creían alcanzables. Te aseguro que el año que viene podrás regresar a “Tu Hogar lejos de Casa” y disfrutar de un delicioso martini mientras te encuentras en ese yate que te permite ir a ver a las hermosas ballenas grises y jorobadas y dar una vuelta por El Arco. O bien, si te gusta más el Mar del Caribe, disfrutar de Cancún y todas sus zonas arqueológicas, mientras te comes un delicioso salbute (prométeme que me vas a invitar).
También recuerda, cada aspecto e individuo tiene sus procesos y si vuelve a existir una razón por la cual tus metas puedan aplazarse, recuerda… Las alarmas también lo hacen y es para que podamos disfrutar un poco más de nuestros sueños. Te veo pronto y recuerda visualizar todos esos lugares en donde has sido feliz.